Generalmente en cuartos con luz tenue, verás parejas tomándose su tiempo para provocar y lamer antes de subir el ritmo a un polvo más duro. Hay un enfoque en manos que aprietan o acarician durante la acción, manteniendo una vibra cálida. Un detalle que resalta puede ser una manta suave arrugada bajo ellos mientras cambian de postura.