Mi prima curvilínea y yo nos escabullimos a una habitación de hotel para una sesión caliente. La provoqué con mis dedos antes de hundirme profundamente en su apretado e invitador agujero. Nuestro encuentro secreto se intensificó en un encuentro anal salvaje y tabú.
Después de un caliente encuentro con mi prima curvilínea, nos vimos anidados en una habitación de hotel, nuestros deseos lejos de saciarse.Con mi confiable teléfono listo, capturé cada momento tentador mientras me sumía profundamente en su delicioso, invitando al trasero.La vista de sus amplias curvas que rebotaban con cada embestida solo avivaba mi hambre insaciable.La emoción de lo prohibido, la excitación de lo clandestino y el crudo y primario placer de nuestra ilícita prueba hacían a cada instante una sobrecarga sensorial.Nuestro secreto, nuestro secreto compartido, era nuestro solo, encerrado en esa habitación, capturado en mi teléfono.¡Pero ay, qué secreto era!Un cuento de pasión, lujuria y fruta prohibida, una historia contada en gemidos, en jadeos, en el rítmico polvo de cuerpos encontrando su perfecta sincronización.Una historia que, seguro, será reprendida, reimaginada y revivida mil veces, dejando siempre al público año por más.